Archivos para 30 de November de 1999

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MONICIÓN INICIAL

Celebramos hoy el nacimiento de Juan Bautista. Un niño imposible de nacer. Un niño engendrado cuando ha llegado la vejez y la esperanza está marchita. Un niño que viene después del absurdo de la esterilidad. Un bebé por cuya boca y los llantos y las risas Dios vuelve a hablar a su pueblo.

***

Bendigamos al Señor en este día.  Porque en la tarde de nuestra vida —cuando ya todo parece apagarse— Él crea las obras de su gracia. Suscita una nueva fe. Un nuevo paso de su Espíritu. Y un nuevo gozo. Y realiza en nosotros lo que parecía imposible. 


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Lecturas Misa vespertina de la Vigilia


Lecturas Misa del Día


MONICIÓN INICIAL

Celebramos hoy el nacimiento de Juan Bautista. Un niño imposible de nacer. Un niño engendrado cuando ha llegado la vejez y la esperanza está marchita. Un niño que viene después del absurdo de la esterilidad. Un bebé por cuya boca y los llantos y las risas Dios vuelve a hablar a su pueblo.

***

Bendigamos al Señor en este día.  Porque en la tarde de nuestra vida —cuando ya todo parece apagarse— Él crea las obras de su gracia. Suscita una nueva fe. Un nuevo paso de su Espíritu. Y un nuevo gozo. Y realiza en nosotros lo que parecía imposible. 


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Lecturas: Misa vespertina de la vigilia


Lecturas: Misa del día


MONICIÓN INICIAL (opción 1)

Celebramos hoy el nacimiento del Precursor del Mesías.

Es Juan el Bautista: el niño imposible de venir, el niño imposible de nacer.

Un niño engendrado cuando ha llegado la vejez y la esperanza está marchita.

Un niño que viene después del absurdo de la esterilidad.

Un bebé, por cuya boca y los llantos y las risas, Dios vuelve a hablar a su pueblo.

Este es Juan Bautista: la voz que prepara camino a la Palabra, que es Cristo.

***

Bendito sea este día,

Porque en la tarde de nuestra vida,

Cuando ya todo parece apagarse,

El Señor crea las obras de su gracia,

Suscita una nueva fe,

Un nuevo paso de su Espíritu,

Y un nuevo gozo.

Y realiza en nosotros

Lo que parecía imposible.

Para que su promesa se cumpla.

Y su gloria crezca.


MONICIÓN INICIAL (opción 2)

Celebramos hoy la fiesta del precursor del Señor.

Es Juan el Bautista:

El hijo que Dios concedió como un don de gracia a Zacarías e Isabel,

Cuando eran ya de edad avanzada.

Es el profeta austero y exigente que junto al Jordán predica un bautismo de conversión y muestra al Mesías a su pueblo.

Es el creyente fiel hasta la entrega de su propia vida en el martirio.

***

Alabemos hoy la bondad de Dios

Y renovemos nuestra voluntad de seguir –como Juan– sus caminos.


ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el Reino de Cristo.

A cada petición diremos:  ¡Bendice a tu pueblo, Señor!

1. Por la santa Iglesia de Dios. Para que anuncie a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo. OREMOS

2. Por nuestros gobernantes. Para que realicen su tarea con dedicación y espíritu de servicio, para el progreso y el bienestar de todos los habitantes de nuestro País. OREMOS

3. Por quienes viven esclavizados por el pecado. Para que encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión. OREMOS

4. Por los niños y jóvenes. Para que puedan desarrollar los talentos que Dios les ha dado. OREMOS

5. Por nosotros, que nos alegramos con el nacimiento del Precursor del Mesías. Para que seamos un pueblo bien dispuesto para el Evangelio. OREMOS

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo que pone su confianza en la intercesión de San Juan Bautista, y derrama tu amor sobre el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


John-the-Baptist

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MONICIÓN DE ENTRADA

Celebramos hoy el nacimiento del Precursor del Mesías.

Es Juan el Bautista: el niño imposible de venir, el niño imposible de nacer: un niño engendrado cuando ha llegado la vejez y la esperanza está marchita.

Un niño que viene después del absurdo de la esterilidad.

Un bebé, por cuya boca y los llantos y las risas, Dios vuelve a hablar a su pueblo.

Este es Juan Bautista: la voz que prepara camino a la Palabra, que es Cristo.

Bendito sea este día, porque en la tarde de nuestra vida, cuando ya todo parece apagarse, el Señor crea las obras de su gracia, suscita una nueva fe, un nuevo paso de su Espíritu y un nuevo gozo y realiza en nosotros lo que parecía imposible.

Para que su promesa se cumpla y su gloria crezca.

ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el Reino de Cristo.

A cada petición diremos:

¡Bendice a tu pueblo, Señor!

1. Por la santa Iglesia de Dios. Para que anuncie a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo. OREMOS

2. Por nuestros gobernantes. Para que realicen su tarea con dedicación y espíritu de servicio, para el progreso y el bienestar de todos los habitantes de nuestro País. OREMOS

3. Por quienes viven esclavizados por el pecado. Para que encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión. OREMOS

4. Por los niños y jóvenes. Para que puedan desarrollar los talentos que Dios les ha dado. OREMOS

5. Por nosotros, que nos alegramos con el nacimiento del Precursor del Mesías. Para que seamos un pueblo bien dispuesto para el Evangelio. OREMOS

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo que pone su confianza en la intercesión de San Juan Bautista, y derrama tu amor sobre el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

John-the-Baptist

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MONICIÓN DE ENTRADA

Celebramos hoy el nacimiento del Precursor del Mesías.

Es Juan el Bautista: el niño imposible de venir, el niño imposible de nacer: un niño engendrado cuando ha llegado la vejez y la esperanza está marchita.

Un niño que viene después del absurdo de la esterilidad.

Un bebé, por cuya boca y los llantos y las risas, Dios vuelve a hablar a su pueblo.

Este es Juan Bautista: la voz que prepara camino a la Palabra, que es Cristo.

Bendito sea este día, porque en la tarde de nuestra vida, cuando ya todo parece apagarse, el Señor crea las obras de su gracia, suscita una nueva fe, un nuevo paso de su Espíritu y un nuevo gozo y realiza en nosotros lo que parecía imposible.

Para que su promesa se cumpla y su gloria crezca.

ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el Reino de Cristo.

A cada petición diremos: ¡Bendice a tu pueblo, Señor!

1. Por la santa Iglesia de Dios: para que anuncie a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo. OREMOS

2. Por nuestros gobernantes: para que realicen su tarea con dedicación y espíritu de servicio, para el progreso y el bienestar de todos los habitantes de nuestro País. OREMOS

3. Por quienes viven esclavizados por el pecado: para que encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión. OREMOS

4. Por los niños y jóvenes: para que puedan desarrollar los talentos que Dios les ha dado. OREMOS

5. Por nosotros, que nos alegramos con el nacimiento del Precursor del Mesías: para que seamos un pueblo bien dispuesto para el Evangelio. OREMOS

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo que pone su confianza en la intercesión de San Juan Bautista, y derrama tu amor sobre el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.